Montevideo, 15 de Julio de 2021
Los abajo firmantes, dos únicos socios fundadores de la “Barra del boliche”, que desde aquel parteaguas histórico que constituyó el año de 1985, siguen concurriendo a dicho antro los viernes por la noche, y ante los lamentables intercambios entre algunos compañeros de la barra, han decidido dar una especie de “autogolpe de Estado”, erigiéndose en la autoridad formalmente competente para dirimir este y eventuales conflictos futuros.
La acefalía actual promueve los excesos y las respuestas destempladas que tanto dañan los intercambios que pueden y deben ser fuente de entretenimiento, información y desarrollo cultural, razones por las cuales es imprescindible ponerles fin.
Después de haber hecho un profundo análisis de las posibles soluciones democráticas a estos conflictos, hemos concluido que son, una vez más y lamentablemente, imposibles de instrumentar, lo que nos lleva a la decisión que estamos comunicando. Solo a título de ejemplo ¿quién determina el padrón electoral? ¿quién y de qué forma se lo sanciona, suspende, expulsa etc? ¿quién determina los límites de lo admitido o prescripto?
La falta de respuestas o consenso sobre los aspectos anteriores, nos lleva a la conclusión de que es imprescindible e inevitable una solución vertical. No faltarán, lo sabemos, las críticas acerbas y las odiosas comparaciones con regímenes políticos perimidos de triste recuerdo en el mundo. Pero en los momentos difíciles es cuando los estadistas se muestran, asumiendo todos los riesgos que sus acciones implican,
Y a la razón histórica mencionada inicialmente, se suman otras de no menor importancia. Algunas son:
El equilibrio político. La neutralidad frente a la principal fuente de conflictos, queda garantizada por el hecho de ser uno de los designados de clara raigambre izquierdista, y el otro de indisimuladas inclinaciones por la derecha.
El equilibrio futbolero. Esta otra fuente de conflictos se neutraliza al ser uno de los integrante de contumaz fanatismo peñarolense, mientras el otro acepta una subliminal preferencia por Nacional, sin negar su afiliación incondicional a Liverpool, lo que otorga una relativa representación también de las instituciones en desarrollo.
Y por último, los astros, que como ya nos enseñaban los antiguos griegos, determinan nuestro destino. Ambos integrantes de lo que podríamos denominar tentativamente como el “Tribunal Supremo” pertenecen al signo de Libra, la balanza, que simboliza el equilibrio del que emana la justicia.
Podríamos seguir dando razones para esta difícil pero ineludible determinación, pero creemos que las esgrimidas son por demás elocuentes.
Solo nos queda por comunicar que este no es un documento para las consabidas y eternas discusiones que heredamos de las asambleas de nuestras etapas estudiantiles. Es una determinación de la que informamos a los posibles interesados y de la que nos hacemos responsables. Quien no las comparta, ya sabe lo que puede hacer. Las puertas de este colectivo son de vaivén.
Firman: Eduardo Ignacio Errea y Rodolfo Martín Irigoyen